Tuesday 18 September 2007

Wolf Creek y La jungla 4.0

Últimamente he visto La joven de la perla, La jungla 1 y unas cuantas bazofias por televisión -que ya he tenido el placer de olvidar-, pero como siempre aquí sólo os hablaré de los dos últimos films que he visto en el cine:

La Jungla 4.0


Al fin (¿al fin?) vuelve John McClane / Bruce Willis. Primer dato terrible: tras la cámaras se encuentra Len Wiseman, culpable de las dos entregas de Underworld (sí, sí, la uno y la dos). Así que acudí al cine con miedo, la verdad. Y por eso salí contento, porque don Wiseman no lo hace mal del todo y La Jungla 4.0 (live free or die hard en Estados Unidos, título que no han tenido huevos de mantener en Europa) mantiene ciertas constantes de la serie que hacen que resulte una delicia pasar todo el metraje con tu Coca Cola y tus palomitas viendo tiros y explosiones. Las muertes sigue siendo impactantes y sin concesiones, hay humor socarrón (aunque a veces quizás forzado), el Yippee Ki Yai mother fucker -como se escriba, ya me entendéis-, John McClane es acompañado por un buen secundario graciosote (no la hace mal Justin Long, la verdad), ¡y el brujo Kevin Smith!… pero bueno, no nos pasemos: aquí acaba lo bueno. Acaba lo bueno porque estamos hablando de La -jodida- Jungla de Cristal, saga mítica que en sus inicios reformuló el concepto de ‘cine de acción’ al igual que lo han hecho más recientemente otras películas también ya míticas (para bien o para mal) como Matrix (Nota: no me gusta Matrix, quizás la uno un poco, pero creo que ellos fueron los culpables de llevar durante un tiempo al cine de acción por el mal camino del píxel, y eso no se puede perdonar -quien se lleve las manos a la cabeza ante este comentario, que las vuelva a ver y descubra lo que han perdido en pocos años (La Jungla 1, por ejemplo, se mantiene mucho más joven)-) o la saga de Jason Bourne y la increíble cámara de Paul Greengrass, ya por ese camino desde la excelente United 93.



Por tanto comparar La Jungla 4.0 con el reciente Ultimátum de Bourne la deja muy mal, sinceramente. Otro problema importante es la búsqueda del más difícil todavía. En la uno: un rascacielos. En la dos: un aeropuerto. En la tres: la ciudad de Nueva York. En la cuatro: Estados Unidos. Ver a Bruce girando como un loco agarrado a un caza norteamericano (la sombra de Mentiras Arriesgadas es alargada…) me resulta ridículo, forzado, matrixianamente absurdo… y es que ya veo en mi mente La Jungla de Cristal Apocalipsis, en la que un John McClane sesentón salvará el universo (o el mundo, que es lo que toca) de un holocausto nuclear con ayuda de un sacacorchos a bordo de un portaaviones… qué miedo. El malo malo -Timothy Olyphant- me parece igual de carismático que un percebe (su subalterna oriental -Maggie Q- o el franchute salido de El circo del sol resultan más interesantes que él), y bueno, Mary Elizabeth Winstead es una diosa, pero ese puntillo macarra -sobretodo tras verla tan modosita en Death Proof- me parece demasiado típico, igual que la horrenda madre del Brujo (parece sacada de un chiste). Y mi última pega: los terroristas europeos decandentes, ya vistos en la reciente Next… no hay pelotas de sacar moros, claro.

En fin, que el film es entretenido, pero eso no quita que sea el último estertor de una saga que había nacido para la gloria, y que a pesar de ser ya inmortal debería hacer punto y aparte. Porque por mucho que diga la mayoría de la crítica sobre la tercera, la de Samuel L. Jackson y la uno y la dos son mejores que esta Jungla 4.0 (live free or die hard... y han muerto).



Crítica similar
Crítica discordante


Wolf Creek


Por falta de oferta acudimos Rober, Salmón Sebastian y yo a ver este film, perdido en el limbo (es de 2005) hasta que Tarantino y Rodríguez lo vieron y decidieron que les gustaba y que todos deberíamos verlo. Wolf Creek es una película con pocos medios y mucha actitud. Desbancándose de la línea gore seguida por films recientes como la saga Saw o Hostel (‘el más difícil todavía’ en terreno de carnicería) este trabajo de Greg McLean resulta ‘elegante’, y se agradece. No descubrimos nada nuevo viéndolo (es otro clon de La matanza de Texas -como tantas-, al fin de al cabo), ni presenta puntos freaks como el carácter guiñolesco de La casa de los cadáveres de Rob Zombie, o la excelencia de Amanecer de los muertos (por citar grandes películas recientes del género), pero se puede recomendar. Pese a que la historia nos suena a sabida es la historia que hemos ido a escuchar, y está bien contada.


Tres gilipollas (uno de ellos clon de Dani Martín) buscándose la vida para no morir en las manos de ‘mr. Wolf Creek’ (John Jarratt se sale - su risa; inolvidable-) en la más recóndita Australia, sí, pero en un envoltorio con tufillo semidocumental (ningún parecido con la bruja de Blair, por suerte) que le favorece sobremanera, sin grandes efectismos, con buenas muertes y sin escenas innecesarias de instentinos gruesos o delgados desparramados por el suelo -pura pornografía goremaníaca-. Quizás tarda en arrancar un poco, por poner más pegas, pero vale. Si queréis más detalles sobre el argumento, aquí.


Por último: me encantó tener la suerte de encontrarme a mr. Wolf Creek de borrachera con los amigos en Arcos de Jalón. ¡Menuda experiencia (la fiesta y el encuentro:-)!


Crítica similar
Crítica discordante

Ahora a por En la ciudad de Sylvia, película que me produce ilusión (¿al fin un poco de buen cine?) y miedo (¿otro horrible Elephant pero a la española?) a partes iguales.

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