Wednesday 9 July 2008

Sergio Algora

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Descubrí tarde a El Niño Gusano.

Las primeras escuchas me extrañaron, pero acabé amándolo sobre (casi) todas las cosas. Me llegaron a través de La Costa Brava -grupo que también descubrí tiempo después de haber sido creado-, mientras desmadejaba los recorridos musicales -y vitales- de sus dos estrellas indiscutibles: Sergio Algora (cantante de El niño Gusano) y Francisco Fernández.

La Costa Brava es uno de los grupo más importantes de mi vida, de los que más escucho y el que más disfruto. No es que esté en el top 5 de mi lista... es que está en el top 2, alternándose continuamente con el primero, según me da. Fran suele aportar lirismo al grupo, y Algora una "psicodelia" que no es tal, sino pura poesía. Ya lo dije en mi anterior entrada sobre Manos de Topo; hace muy pocos días ya hablé de todo esto, ya alabé a Sergio.

Nunca he visto a Algora, exceptuando un par de conciertos. El primero fue en la terraza Xperimental Jet Set. Tocaron un acústico delicioso que acabó con La vida sigue igual. Al finalizar el concierto, me acerqué a ellos y me hice una foto con Fran, al que admiro como Sergio, exactamente igual: La Costa Brava son ellos. Cuando miré alrededor vi a Algora entre cables, toqueteando vinilos que había traído para la "pinchada" posterior, y pensé que quizás le molestaría pidiéndole una foto en aquel preciso instante. "Otra vez será", me dije.

El segundo concierto fue en la sala Jane Birkin. Me llevé a mis amigos y Fran y Sergio convencieron hasta al más escéptico: fue un concierto increíble. Llevaba oculto en mi bolsillo el disco Velocidad de crucero, y nada más terminar me acerqué hasta Fran y me echó una firma muy amablemente (recuerdo que hasta me puse a darle el coñazo hablándole de Gödel, Escher, Bach: un eterno y grácil bucle, libro que descubrí gracias a él). Esta vez Sergio estaba rodeado de dos bellas mujeres que le sonreían, por lo que me pareció un momento aún menos propicio que el anterior para andarme con firmitas de fan obsesivo. Así que me dije de nuevo, "otra vez será".

Hasta recuerdo un día que me acerqué con mi hermana (otra acérrima fan de LCB y El niño gusano) al bar Bacharach -propiedad de Sergio Algora- a sacar entradas para el Ráscale Guille (concierto en el que -ahora lo recuerdo- también pude verlos; ¡se atrevieron hasta con Muy Poca Gente!), y le pedí que entrase ella a cogerlas. Me quedé fuera como un gilipollas, porque sabía que si estaba dentro hubiera querido hablar con él de sus poemas, de sus letras, de su música, de Gainsbourg, ¡qué se yo!, pero no quería parecer idiota. Ni molestar. Y allí fuera me quedé, como el idiota que no quería parecer. Al salir mi hermana con las entradas, la miré y me dijo: "¡estaba dentro!" Otra noche, borracho: decidido al fin a saludarle me acerqué una última vez, pero a esas horas, el bar estaba cerrado ya.

Y hoy me meto al blog de Fran para ver si Algora sigue por las calles con su acordeón, y me dice que se ha muerto. Que su amigo Sergio está muerto.

Y no, yo no me lo puedo creer. No puedo pensar que su blog no se va a volver a actualizar, que no va a haber un libro suyo con nuevos poemas; no puedo pensar que no voy a volver a ver a La Costa Brava en directo, que La Costa Brava, el mejor grupo español que teníamos, no tenga futuro. No lo puedo creer, porque no quiero hacerlo, no quiero pensar que no vaya a tener la oportunidad de acercarme a Sergio y decirle, "tío, me encanta lo que haces". "Me encanta tu música, tu dipsomanía... tu manera de vivir". "Te admiro, joder, te admiro la ostia".

Así que prefiero pensar que un día de estos me lo encontraré en las calles con su acordeón entre las manos, haciendo lo que mejor se le da: regalar su talento a la gente.
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(Tal y como soñaba hace unos días, hablándolo con mi hermana).


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3 comments:

  1. Ahora sí que es necesario, y no sólo una broma:

    http://elbustodealgora.blogspot.com/2008/04/el-porqu-de-este-blog.html

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