Monday 8 October 2007

Kaufman/Gondry: la fantasía de lo real

En mi Space de Msn ya colgué este interesantísimo texto -pre-La Ciencia del sueño- de un tal Daniel González (el completo, aquí)... ¿Que por qué lo repito entonces? Pues porque no todos tenéis acceso a mi Space personal, y porque me da la gana ¿Cómo no repetir un texto que nombra tantas cosas adorables? Allá va mi versión recortada:
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(…) Intentaré establecer qué puntos comunes o equivalentes en sus respectivos campos hacen funcionar el tándem Charlie Kaufman/Michel Gondry, cómo estos crean una unidad narrativa y formal, constituyendo una estética determinada; así como establecer qué antecedentes e influencias podemos encontrar, y qué cineastas contemporáneos a ellos se mueven en terrenos similares (...)

La fantasía de lo real
Éste es el título que he decidido dar a la estética que surge de la unión de estos dos creadores (...). Charlie Kaufman escribe guiones autoreferenciales y metacinematográficos, con tiempo narrativo alterado, personajes obsesivos, juegos entre realidad y ficción, y puntos de partida imposibles, pero nunca se aleja suficiente de lo real como para que el espectador pierda la referencia más de dos minutos. Los personajes responden a su lógica, las causas llevan a su efecto y al final el puzzle narrativo siempre nos da todas las piezas que necesitamos.
Michel Gondry, por su parte, apoya esta línea con su estilo de dirección. Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, la película tomada como referencia, requería múltiples efectos especiales, ya que durante una hora de metraje vemos cómo el mundo de los protagonistas se derrumba y desvanece literalmente a su alrededor. Era fácil dejarse llevar por la potencial espectacularidad de las situaciones, pero Gondry, como Kaufman, intenta que el artificio no se coma la historia, mediante el uso de efectos a partir de elementos simples, más propios del cine de los 20 que del de los 2000. Donde podría haber un efecto digital, hay un sencillo corte de plano, o un cambio de vestuario, o una recolocación de objetos hecha mientras la cámara no miraba. Ese juego con elementos tangibles (combinado con otros factores como la fotografía) evita que el espectador se despegue de la historia.
Así, creo que Gondry y Kaufman van en una misma dirección, cosa que hace que su unión funcione. Las influencias y referencias, coincidentes o no, llegan desde distintas vertientes (…).

Determinar qué ha influenciado a Kaufman es en cierta forma complicado, dados sus marcados esfuerzos por distanciarse de la obra de cualquier otro autor. Su máxima es ser fiel a sí mismo, y en más de una entrevista comenta su preocupación por alejarse de cualquier influencia externa que distorsione su experiencia de la realidad (…).
De hecho, con más o menos dosis de fantasía, el film Adaptation muestra los esfuerzos de Kaufman por ser fiel a sí mismo y apartarse de cualquier tópico hollywoodiense. En esa ocasión el guionista fracasó, y la película, en particular su a veces incomprendido tercer acto, son fruto y a la vez muestra explícita de su lucha por alejarse de las convenciones. Intenta alejarse al máximo de las películas que parecen nacidas como “productos”, en un sentido no necesariamente industrial sino narrativo. Gondry, como Kaufman, reconoce sus influencias pero intenta separarse de ellas y labrarse por encima de todo una identidad propia. Reconoce el trabajo de gente que, pese a tener en algunos casos poco en común con su estilo, pone un sello propio a sus películas, como Peter Jackson o Tim Burton. Gondry no se reconoce tampoco como parte del grupo de nuevos directores llegados del mundo del videoclip, como Spike Jonze, Mark Romanek o David Fincher (…).
Kaufman y Gondry coinciden en señalar también algunas películas más comerciales entre sus preferencias personales. Los dos ejemplos más claros son Regreso al futuro y Atrapado en el tiempo. Aunque a primera vista comparar las películas de Kaufman y Gondry con comedias hechas por Hollywood para un público amplio no parezca acertado, hay una conexión a tener en cuenta.
Ambas películas, como varias obras de Kaufman, plantean un cierto juego con la narrativa y el tiempo. Igual que Eternal Sunshine o Being John Malkovich, estas películas parten de una idea de tipo fantástico, más o menos original, planteando el “¿qué ocurriría sí...?”. Como las películas de Kaufman, plantean una idea marco que establece los límites de lo posible, y a partir de ahí muestran cómo ese detonante provocaría una serie de situaciones y reacciones en un mundo “real”. Aún así siempre se mantienen dentro de los cánones del clasicismo cinematográfico (o post-clasicismo, como se le quiera llamar).




Being John Malkovich explica qué ocurriría si un hombre encontrara un portal de acceso al cerebro de John Malkovich. Atrapado en el tiempo explica qué ocurriría si un hombre viviera condenado a repetir una y otra vez el mismo día. Eternal Sunshine explica qué ocurriría si un hombre se sometiera a un sistema de borrado de memoria para eliminar a su exnovia de sus recuerdos. Regreso al futuro explica qué ocurriría si un chico viajara al pasado y lo alterara impidiendo accidentalmente la unión de sus propios padres.
Por supuesto hay diferencias, y en el caso de los films de Harold Ramis y Robert Zemekis el desarrollo a partir de la idea inicial es mucho menos libre y caótico que en los de Kaufman. Nos encontramos ante films de industria, con sus tres actos, sus crisis y sus finales felices.
Este tipo de películas conectan probablemente más con Gondry que con Kaufman. El toque de aventura, de inocencia y de infantilismo (en todo el buen sentido del término), no es tan propio de Kaufman, que tiene un humor más cínico, como de Gondry, cuyo apego a la infancia y su punto de vista de “niño grande” se traslada a gran parte de su obra en el terreno del videoclip.




El vídeo de Fell In Love With A Girl (arriba) de los White Stripes, hecho en stop-motion con figuras de Lego; el Walkie Talkie Man de Steriogram, protagonizado por el hijo del director, en el que la banda toca la canción dentro de una ciudad hecha de lana; o el cortometraje La Lettre, son algunas de las obras en las que Gondry se sirve de elementos de la infancia. En el DVD The Work Of Director Michel Gondry, el documental sobre el director se llama I’ve been 12 forever”. Como curiosidad apuntar que el francés ha manifestado que su sueño es dirigir un video clip de Michael Jackson, aunque el acercamiento de éste a la infancia (y a los infantes) vaya más allá de lo saludable.
En este aspecto se puede intuir la influencia de Jean Vigo, uno de los favoritos del Gondry, cuya obra alegre y vitalista se mueve también en un universo similar. L’Atalante, último largometraje de Vigo, es uno de los films que más le gustan a Gondry.

En (…) Eternal Sunshine (en la que, recordemos, Michel Gondry participó desde el desarrollo de la idea) hay dos escenas en las que Joel y Clementine viajan a la infancia de él. El Joel niño, tímido y reservado, cohibido por la presión de sus amigos, no parece muy distinto de la imagen que el propio Gondry da de sí mismo en el cortometraje Tiny, en el que un jovencito Michel permanece sentado durante un baile, solitario, en un rincón, y acaba siendo rechazado por una chica por ser “demasiado pequeñito”. Habrá también lógicamente mucho de Kaufman en sus personajes, ya que como él mismo dice, intenta escribir sobre lo que conoce. Algo debe tener de hombre inseguro y con poca facilidad para comunicarse con el sexo opuesto, como los protagonistas de Malkovich, Human Nature y Eternal Sunshine. Así es de hecho como se retrata a sí mismo en Adaptation.
Otro tema recurrente en la obra de Gondry, que no hace acto de presencia de forma explícita en ninguna de las dos colaboraciones con Kaufman, son los sueños. Creo que es imprescindible mencionarlo ya que su estilo visual, especialmente destacable en la recreación de la memoria en Eternal Sunshine, está muy influenciado por el mundo de los sueños. Gondry habla de estos como una de sus mayores fuentes de inspiración. La descontextualización de objetos y situaciones y la mezcla de elementos, muy frecuentes en los sueños, son la base de parte del trabajo videográfico de Gondry, como el Everlong de los Foo Fighters, Let Forever Be de los Chemical Brothers, o Deadweight de Beck. Las ideas que encontramos en estos videoclips son similares a las que vemos en muchos momentos de transición de un recuerdo a otro en Eternal Sunshine. Como ejemplo, el plano de la pareja dentro de su cama en medio de una playa nevada, o el momento en que empieza a llover en el interior de una casa.
En las técnicas y el estilo de Gondry hay mucho del mundo de la animación, y entre sus referentes se encuentran el canadiense Norman McLaren y el ruso Yuri Norstein. De Norman McLaren y su corto en el que un hombre persigue a una silla (filmado al revés atando la silla a los pies del protagonista) tomó Gondry la idea para crear el videoclip Deadweight de Beck. A lo largo de su carrera ha puesto en práctica muchos de estos trucajes que han definido ese estilo, parte de la estética propuesta, de crear ilusión a partir de elementos sencillos.
Se nota en este sentido que Gondry estaba mucho más contenido en Human Nature (aunque hay momentos en los que usa algunas de esas técnicas), y que el material de Eternal Sunshine le da mucha más libertad para hacer lo que sabe y le gusta.

La ciencia ficción


Hay un género, no sólo cinematográfico, que es por definición fantasía de lo real; la ciencia ficción. Aunque muchas veces se incluye en esta categoría cualquier cosa en la que haya naves espaciales, algunas definiciones del término van por un camino diferente (…). La ciencia ficción es un género que, como el “un hombre borra a su ex novia de sus recuerdos”, plantea una idea inicial surgida de la imaginación del autor, e intenta recrear cuál sería su repercusión en la realidad. (…) Kaufman cita a Philip K. Dick entre sus preferencias, y de hecho se puede encontrar en internet una adaptación de su libro A Scanner Darkly escrita por Kaufman, que finalmente no será llevada a la pantalla.


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Kaufman, el humor, el caos, y el absurdo.
Hay en Kaufman, como en el estilo visual de Gondry, algo de surrealismo y de absurdo, más en unos films que en otros. En primer lugar en su sentido del humor, especialmente presente en Human Nature y Malkovich, pero que también hace acto de presencia en el resto de sus films. Recordemos que Kaufman empezó escribiendo para una revista humorística y trabajó de guionista en más de una serie cómica de televisión.
Entre las influencias en el humor de Kaufman podemos están Woody Allen, los hermanos Marx, los Monty Python y los Coen. Con estos últimos tiene en común la excentricidad de los personajes. La obra de los Coen está llena de “gente rarita”, y en Kaufman el máximo exponente es Human Nature, historia sobre una mujer peluda que vive en el bosque, un científico que enseña modales a los ratones, un hombre salvaje criado por un padre que se creía mono, una ayudante salida con acento francés y un enano. Hay también algo de eso en Being John Malkovich, con ese titiritero frustrado, su mujer y su chimpancé mascota, entre otros personajes que pueblan el film; y en Confesiones de una mente peligrosa, que está basada en una autobiografía de un personaje de por sí excéntrico, un presentador de televisión que es a la vez asesino a sueldo para la CIA.
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De los Monty Python toma Kaufman su humor absurdo. Muchos sketchs del Flying Circus de los Python toman una idea de partida y alargan la broma hasta el infinito, con planteamientos de lo más variado. (...) El gag más Python en lo que lleva Kaufman de carrera es probablemente el jefe de John Cusak en Malkovich, que cree que no sabe hablar bien porque siempre ha tenido una secretaria dura de oído. Esta pythoniana idea se explota más de una vez durante la película. Human Nature está llena de ejemplos, y Kaufman deja que se cuele un pequeño gag en Eternal Sunshine cuando pone al amigo de Joel a dar martillazos durante una conversación entre su mujer y el personaje de Jim Carrey. El amigo justifica el estruendo con un “¡Estoy constuyendo una jaula para pájaros!" que no viene a cuento de nada.
Ya no en un tono humorístico tenemos otra referencia, la obra de David Lynch, que comparte con Gondry la recurrente aparición del mundo de los sueños; y con Kaufman la distorsión de la realidad, aunque Lynch la lleva mucho más al extremo, alejándose de esta estética.
También hay referencias literarias, a parte del mencionado Philip K. Dick, como Ionesco y Kafka. Ionesco encaja en ese gusto de Kaufman por el humor absurdo. En algunas de sus obras, como La cantante calva, denota un sentido del humor muy similar al de los Monty Python, cuya relación con Kaufman ya se ha explicado más arriba. La metamorfosis de Kafka por otro lado tiene mucho de fantasía de lo real, aunque su tono sea más oscuro. El escritor plantea también una idea de partida irreal, la del hombre que se transforma lentamente en cucaracha, y la desarrolla sobre un personaje realista en un entorno realista.
Una entrevista reciente a Kaufman (…) dice que vé muy pocas películas. Afirma que él quiere ver en la pantalla “Something that feels like a mess. I’m not interested in watching films right now that feel like a product. I want to feel like I’m watching something that’s really really a mess.” De Woody Allen dicen que “The early Woody Allen is a complete mess, which I liked”. Kaufman aprecia esa especie de caos, el hecho de que el guión “se dirija” de un sitio a otro más que que “sea dirigido”. No es de extrañar que en la comedia se encuentren muchos de sus referentes en este sentido, ya que por naturaleza es un género más permisivo, el que más se presta a romper con las convenciones. A parte de los primeros Allen, las películas de los Monty Python son también un ejemplo de esa frescura y ese descontrol. Dos de sus momentos más ejemplares son la abducción extraterrestre en La vida de Brian y la policía deteniendo a los personajes al final de Monty Python and the Holy Grail. Sin embargo Kaufman cree que llevar eso al extremo (ya no solamente dentro de la comedia) no funciona (…).
Así, su trabajo oscila entre esa voluntad de salirse de los esquemas y su otra gran premisa, comentada antes, que es la de escribir basándose en la vida, en lo conocido. En el punto de compromiso entre esas dos bases un tanto contradictorias es donde se encuentra su fantasía de lo real. De la búsqueda de ese punto, entre otras cosas, habla Adaptation. El tercer acto de la película es algo así como un fracaso consciente, en el que el Kaufman personaje (o su gemelo imaginario) toma el control del guión de la propia película que están protagonizando y se rinden a los consejos de Robert McKee.

Los contemporáneos

Ya he hablado de varias películas de las cuales toma elementos la “fantasía de lo real” de Kaufman y Gondry. Hay también películas contemporáneas a ambos que tienen elementos parecidos, y que se podrían incluir en mayor o menor grado en la estética que he definido. Los ejemplos presentados a continuación no poseen necesariamente algunas de las características de las películas de Kaufman y Gondry, pero tienen elementos que los acercan a esa fantasía de lo real. Por una parte están los Coen, ya citados como referentes. De las influencias citadas, son ellos los que se acercan más a la estética propuesta (…).

En otra línea podemos encontrar Memento, de Christopher Nolan (película que casi provocó que Charlie Kaufman abandonara Eternal Sunshine, dadas las similitudes estructurales). Memento tiene en común con Kaufman esa alteración de la narración, con su elaborada estructura inversa. La principal virtud de Memento es el aprovechamiento de esta forma de narrar, consiguiendo hábilmente dar sorpresas y giros que revalorizan lo que has visto hasta el momento en la película. Se produce un efecto similar en Eternal Sunshine, con ese inicio de película que es realmente el final (cosa que por otra parte el espectador atento descubrirá enseguida). No hay en Memento ningún elemento estrictamente fantástico, pero sí hay ese planteamiento inicial extraño que se desarrolla de forma realista.
Hay otras películas que juegan a alterar la estructura, como 21 Gramos o las de Tarantino, pero creo que estos films quedan muy alejados de esta estética, ya que el juego viene en estos casos planteado por razones muy distintas.
Encuentro también características de esta fantasía de lo real en M. Night Shyamalan, aunque pueda parecer algo totalmente alejado en un principio. Shyamalan no tiene el humor ni las estructuras ni las temáticas de Kaufman pero hay particularmente un punto en común en tres de sus películas que lo acercarían a la estética definida. Esas tres películas son El Sexto Sentido, El Protegido y Señales. No sólo de finales sorpresa vive Shyamalan, y creo que lo característico del director es crear cine fantástico despojándose de gran parte de la fantasía y centrándose el personaje. Esas películas son, respectivamente, una de miedo, una de superhéroes y una de invasiones extraterrestres. El tratamiento “serio” del cine de terror es más común (El exorcista, etc), pero en El Protegido Shyamalan hace sin duda fantasía de lo real: le da poderes a un tipo corriente, con un hijo, con problemas matrimoniales, y mezcla los elementos de drama con los elementos fantásticos. Shyamalan desarrolla durante toda la película el nacimiento de un superhéroe, algo a lo que Batmans, Supermanes, X-Mens y compañía no dedican más que un flashback. Nos cuenta qué ocurriría si cualquiera de nosotros descubriera que tiene superpoderes. De la misma forma Señales cuenta cómo viviría alguien una invasión extraterrestre. Se ahorra las escenas de destrucción masiva y los montajes en paralelo con la Casa Blanca, y se centra exclusivamente en el punto de vista de una familia.
Creo que ahí hay un paralelismo pese a las grandes diferencias. La memoria y la personalidad son temas muy recurrentes actualmente, tratados más o menos explícitamente por películas como The Final Cut, Matrix, El club de la lucha, Identidad, Minority Report, El Maquinista y un largo etcétera. Kaufman es la cara realista de este nuevo cine fantástico, y Shyamalan es la cara realista del cine fantástico de siempre. Por razones similares a Shyamalan podríamos poner la película Primer de Shane Carruth en un terreno cercano a esta fantasía de lo real. Carruth, ingeniero de formación, escribe, dirige y protagoniza (entre otras cosas) una complicada película sobre viajes y paradojas temporales con una escasísima cantidad de elementos.
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Donnie Darko de Richard Kelly, película de semi-culto, tiene también puntos de conexión. Más lynchina y más abierta a la interpretación que las películas mencionadas hasta ahora, Donnie presenta una original mezcla de elementos. El film trata sobre un chico cuya vida es salvada por un hombre vestido de conejo, hecho que provoca una división del universo en dos partes que desembocará en el fin del mundo, cosa que Donnie deberá evitar de alguna forma. Ahí está “la fantasía” de la película. Lo “real” se encuentra en el retrato de la vida de juventud en los 80, con cierto tono crítico y cómico, más cercano a American Beauty o Ghost World que a David Lynch.
No cabe duda que hay otros ejemplos, y que otros se añadirán a la lista dada la creciente popularidad de Kaufman como guionista y la popularidad de la que gozan actualmente algunos de sus temas recurrentes. Próximamente se estrenará una película llamada Chad Schmidt, en la que Brad Pitt interpreta al Chad del título, un aspirante a actor que se encuentra con un problema: Se parece demasiado a Brad Pitt (que también se interpreta a sí mismo). Si en esa meta-premisa no hay mucho de Adaptation y de Cómo Ser John Malkovich… (…)

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