Monday 26 May 2008

Indiana Jones (y el reino de la calavera de cristal): de la más pura aventura clásica al nostálgico batiburrillo cómico pasado de vueltas



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Si no has visto la película y no quieres enterarte de nada, NO SIGAS LEYENDO, porque en un instante voy a comentar de pasada la pésima y chirriante trama alienígena, el burdo homenaje a Tarzán (etc.), los innecesarios e inexplicables topos, y más y más y más.

Pensaba ser muy destroyer con esta entretenida (porque entretenida es, para qué negarlo) basura (porque basura es, para qué negarlo), pero ahora estoy viendo por la televisión El templo maldito y qué queréis que os diga: la recordaba mejor. Y eso me ha hecho reflexionar; ¿cuánto de la mirada de George Lucas y Steven Spielberg perdura en "nuestro" Indiana Jones? ¿No será nuestro recuerdo más fuerte que la saga en sí, no será que se impone la visión que tenemos de ella desde un prisma infantil? Porque éramos niños (o al menos yo lo era) cuando vimos años atrás a un joven Harrison Ford con látigo entre serpientes.
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"A los 80, hijo mío, siempre alegra sentir de vez en cuando algo duro entre las manos"

Ayer en el cine, entre mis escépticas carcajadas y las miradas de incredulidad que compartí con Salmon Sebastian y rOBER, se filtró una risa a mi izquierda y me giré. Allí había un pequeño, con cojines en el culo para estar más alto; un niño con risa franca disfrutando como el enano que era. Seguramente yo con esa edad me habría reído igual, pero el tiempo pasa. E inocencia poca me queda. Inmaduro, puede que lo siga siendo, pero inocente -sobretodo cinematográficamente hablando-, no.

Así que en un principio me dije: voy a eliminar de mi cabeza todas las expectativas y recuerdos infantiles de la saga y voy a analizar objetivamente lo que he visto, separada de las otras tres. ¿No es eso lo que quieren los propios responsables? George Lucas dijo que era una película más, que no estábamos ante la segunda resurrección de Cristo; bla, bla, bla. MENTIRA. Si no querían que las comparaciones fueran odiosas, que no hubiesen vivido del pasado. Porque homenajes al resto de la saga, en esta entrega hay tantos que saturan. Y sin embargo, una vez metidos en la senda de la nostalgia (nostalgia no sólo de Indiana Jones, sino de Tarzán -Shia colgado en las lianas da vergüenza ajena- y de toda la historia del cine clásico -Shia de nuevo, motero en la estación (etc.)-), una vez que descubres que han decidido ser devotos del espíritu de aventura clásica que imperaba en el resto de películas de esta franquicia, van y no son absolutamente nada fieles, yéndoseles la puta olla pero bien.

"George, qué te parece meter tres topillos tras salir Harry volando metido en una nevera..."


No creo que se pueda analizar por tanto este film sin tener presente las sensaciones de anteriores películas o el recuerdo que de ellas tenemos, al igual que los propios directores no han podido evitar homenajearlas cada segundo, así que no lo haré (y casi mejor, porque quizás saldría aún peor parada. El ejemplo perfecto es el de mi Clementine: aunque parezca increíble, no había visto ni una de las anteriores películas, y esta no obstante le pareció malilla.
Tendemos a infravalorar subproductos como las búsquedas de Cage o la saga de La Momia por el sólo hecho de haber copiado descaradamente el espíritu de Indiana pero una vez puestas todas estas ofertas encima de la mesa, sin “perspectiva histórica”, ¿en qué se diferencian unas de otras? Tras tanta calcomanía, llega una nueva versión del original y descubrimos que las distancias con sus duplicados son más pequeñas de lo que pensábamos: sin tener en cuenta a los tres films originarios, quizás estuviese poniendo peor a esta película. Es más, lo más probable es que ni hubiese ido a verla).

George Lucas es un desgraciado. Eso que vaya por adelantado. Lo único que hizo bien en su vida fue llevar al western más cateto y simplista hasta el espacio y encender la máquina registradora. ¡El resto de su vida ha vivido con el piloto automático! Junto a los Wachowsky (no vayáis a ver Speed Racer, por favor), es sin duda uno de los directores de ciencia ficción más sobrevalorados de la puta historia. Y para más inri, su saga galáctica cambió en su momento la manera de ver el cine como industria (a peor, por supuesto).
Vivimos en la era Lucas. Indirectamente, gracias a él existen Los ángeles de Charlie de Mcg y la Catwoman de Pitof; gracias a él tenemos que sufrir la saga de Harry Potter y Shrek. O los Piratas del Caribe, o las ya comentadas búsquedas de Cage. Pero no me quiero ir por las ramas: he empezado a hablar del “gurú” Lucas porque por él pasaron mil y un guiones durante unos 13 putos años hasta que dio con el que quería. Él, y sólo él, era quien exigía que el MacGuffin de la película fuese un mundo alienígena. Y yo me pregunto, ¿si éste era el mejor guión cómo serían los otros? Miedo me da imaginarlo.
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"Ok, Steven, así que me tengo que calzar esta mierda para volver a poner de moda el estilo Annie Hall"


Cuando he dicho antes lo de la ida de olla me refería precisamente a esta trama alienígena impuesta por Lucas, más típica de Mulder y Scully que de nuestro arqueólogo. Es cierto que esta saga nunca ha sido un ejemplo de fidelidad científica, pero no, no paso por esta piedra: ver a Indiana Jones ante un platillo volante resulta verdaderamente ridículo y forzado (a la altura del vergonzante diálogo que acompaña a las imágenes -cito aproximadamente-: Indy/Ford: “Dónde irán, ¿al espacio?” Hurt: “No: al espacio que hay entre los espacios”). Al menos es de agradecer que la calavera de cristal no sea al casco de Darth Vader… aunque bien mirado, ya que se ponían…

Aunque parezca increíble, dentro de esas columnas vive un poblado indígena


Pero aceptemos por un momento la trama alienígena: ¿no se podría haber hecho mejor? Reproduciré algunas de las reflexiones hechas desde Dimensión Fantástica: "... para qué los rusos montan un pollo de Dios en una base militar norteamericana, si su objetivo es sólo el cuerpo de un alien de Roswell, cuando la jefe de ellos comenta de que tienen en su poder otros dos más que cayeron en Rusia. Es decir... ¿No les bastan dos marcianos muertos? ¿Para qué un tercero? (...) ¿Qué hace el cuerpo del marciano robado en medio de la jungla sudamericana en el campamento ruso a pecho descubierto? ¿No se pudre o huele o se descompone? ¿Por qué no lo guardan refrigerado? (...) si todos los esqueletos estaban juntos y tal, por qué entonces no formaban dicha conciencia colectiva y ya volaban con el ovni a tomar por culo antes de que viniera un nota (Orellana) y jodiera el cráneo a uno. Si los marcianos daban un premio por haberles devuelto el cráneo, y la rusa pide el conocimiento absoluto, vaya putada le hicieron. A la tía se le revienta la cabeza y se le queman las ideas (...) ¿Cuando todos los esqueletos se unen en una única conciencia era necesario enseñar un marciano?"

Por otro lado no sé de qué nos sorprendemos: ya es la segunda vez que Spielberg jode una película por culpa de los putos marcianos (sí, estoy hablando de la cuasiperfecta Inteligencia Artificial -película a la que únicamente le sobra, como imaginaréis, los marcianitos de los cojones-).


Como en La jungla de cristal, hay una cierta tendencia al más difícil todavía que resulta abrumante. En la primera, un edificio; en la segunda, un aeropuerto; en la tercera, la ciudad de Nueva York; en la cuarta, el mundo. La jungla de cristal sólo va un paso por detrás de Indiana Jones, porque lo más probable es que en la siguiente entrega veamos una trama intergaláctica, "John McClane y la calavera de cristal", o algo peor.
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"¡Shia, tú síguelos por las lianas!"


A los cinco segundos ya te sientes estafado. Te llevan vendiendo meses en la promoción que se va a recuperar el sabor antiguo de las viejas películas, sin pantallas verdes ni ostias, y lo primero que ves es a un topo digital bastante cutre salir de su madriguera, para a continuación visualizar una de las escenas más innecesarias y sobrantes de la historia del cine, todo por recordar a la mediocre American Graffiti, film pre-Star Wars de Lucas que a estas alturas de la vida nadie recuerda. Y una mención aparte merece el antológico “momento nevera”. Pero bah, paso de seguir analizando detalles. La película empieza sin nada de gancho y Cate Blanchett, como siempre, está fatal (sí, no soy objetivo con esta chica: la detesto). Yo creo que es tan mala al comienzo para que rebajes las expectativas creadas previamente y acabar disfrutando. Porque al final resulta entretenida -y muy graciosa, aunque no para bien-, gracias al saber hacer del genio Spielberg, que salva de la quema casi todo lo que toca (Guerras de los mundos aparte).
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"Con todos ustedes, Bob Dyl... estooo, Cate Blanchett"

Es que me imagino una escena con Spielberg y Lucas borrachos llamando a su sobrino de seis años por teléfono tal que así: “Lucas Jr., ¿qué quieres ver en la nueva de Indy? Venga, lo primero que se te ocurra. ¿Topos? Ok. ¿A Harrison Ford volando dentro de una nevera tras una explosión nuclear? Mmm… sí, creo que podremos meterlo. Jaja ¿qué? ¿indios que salen de entre las piedras sin ton ni son? Vale, vale, eso no es nuevo. ¿Alienígenas? ¿Indiana con un hijo motero que se desliza por lianas como Tarzán? Jajaja, ¿algo más? De acuerdo, una boda al final con la misma iluminación pastel que la del desenlace de la trilogía del Señor de los Anillos. Jaja, Lucas Jr., ¡qué crack! Nos lo has puesto difícil pero se hará lo que se pueda!”. Fin de la conversación.
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Resumiendo: La peor entrega de una saga sobrevalorada por una inocencia infantil ya perdida.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Pues en este caso, sí. No sé adónde habrá ido a parar la vieja esencia del cine de aventuras… quizás “al espacio de hay entre los espacios”:-) Inevitablemente, siempre que se mira atrás es con nuevos ojos. Decepcionante entretenimiento, sí señor.

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Han Solo me ha dicho que Modern Times no es tan bueno!"

1 comment:

  1. El Templo Maldito me decepcionó hace dos días, pero he de confesar que también he revisionado La Última Cruzada y es "lo puto mejor".

    No ha perdido nada: peliculón (algo que aún deja en peor lugar a esta nueva aventura).

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