Sunday 20 April 2008

Los sexoadictos, de John Waters (y otras guarrerías)

(Selma vs. Cheryl)
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Aprovechando la historia de la inglesita Cheryl Tunney dedicaré unas líneas a Los sexoadictos:-), y ya puestos a John Waters, mítico director de dicha cinta.
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A mí John Waters, aunque sólo sea por Pink Flamingos (¿desde qué punto de vista se puede criticar a un film que pretende ser desde el comienzo "un atentado contra el buen gusto"?), me parece un director de cine necesario. Pero si no lo hace "la música", el tiempo y los pedestales acaban amansando a cualquier fiera, por brava que sea.
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Los sexoadictos pierde -y mucho- por esta inevitable "relajación". Como ya he dicho otras veces, esta película es 100% puro John Waters, pero un Waters cuesta abajo y sin frenos, asimilado por el sistema, manso, viejo, domado... ¿No resulta extraño que en una película cuyo tema central sea la perversión y la necesidad compulsiva de cópula multitudinaria no se pueda ver ni un solo pezón? Si hasta Janet tuvo más agallas...
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Creo que, siendo consecuentes, Los sexoadictos debería haber mantenido un estilo semipornográfico, quizás rozando los límites de cintas como Fóllame, película que detesto pero que al menos se atrevió a tirarse al vacío de verdad, sin paracaídas.
Nos queda al menos el pixelado -pero pobre y falso, como toda la cinta- consuelo tetón de una Selma Blair que se sale -por salida- más que nunca (en lo que a glándulas mamarias se refiere, impecable) y el escalofrío de pensar que algo tan ligth como esta payasada tuviese problemas de censura en los Estados Unidos.
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¡Ah! Y respecto a las interpretaciones seguro que algún subnormal ve ecos del expresionismo mudo alemán caligariano... gilipollas hay en todas partes. Pero lo cierto es que todas las actuaciones son vergonzosas, y más excesivas que los ya comentados pechos de Selma. Por eso he incluido a esta entrada en la sección de "Sobreactores". ¿Por quién? Por todos y cada uno de los ¿intérpretes? que aparecen en la cinta.




PD: Ya que hablamos de guarradas, hablemos de guarradas "de verdad". Mis últimos y gozosos descubrimientos han sido La noce blanche (con una Vanessa Paradis que genera ríos de baba en tu boca), del pervertido Jean-Claude Brisseau, la obra de Walerian Borowczyk y la impactante Une vraie jeune fille, de una tal Catherine Breillat de la que -todavía- no sé demasiado. De La pequeña mejor ni hablo, porque merece una entrada aparte (IMPRESIONANTE Brooke Shields).

Todas estas películas están disponibles aquí (y por supuesto, os las recomiendo).


1 comment:

  1. Waters para mi fue un descubrimiento excéntrico, imprescindible en mis gustos fílmicos. Ahora quizá lo veo con otros ojos que hace 10 años. En buena hora que lo aprecies!

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