Friday 25 April 2008

Elegy, El último gran mago, The Contract y Casi 300 (sí: también voy al cine y veo películas "normales")



De los últimos films que he visto en las salas, sólo Elegy merece un comentario.

Con la nueva película de la execrable gafapasta Coixet (mujer que odio prejuiciosamente por todo lo que aparentemente representa), volvemos al debate de las adapciones. Una adaptación puede ser fiel y a la vez una obra maestra; ahí tenemos la última de los Coen. Y en el otro extremo, podemos encontrar no sé... el pestiño sadiano de Passolinni, que ni es fiel a las intenciones del autor, ni vale nada -cinematográficamente hablando-.

Con Elegy nos encontramos en mitad de la encrucijada. Por un lado, tal y como dice Cahiers y otras publicaciones especializadas, la película es menos fiel al texto de Roth que la Alicia en el país de las maravillas de Disney al relato de Carroll. Dice Ángel Quintana: "el animal moribundo del relato literario es, básicamente, un sátiro herido, nos es un romántico (...) Un beso tierno entre David Kenesh y Consuela Castillo sustituye [en la película de Coixet] la acción de magrear las nalgas de la protagonista con la que se abren los encuentros amorosos (...). Coixet transforma lo instintivo en puro romanticismo y orienta el relato hacia el dolor y la conciencia de la vejez (...). Elegy es una película pulcra, bien rodada, muy calculada y comedida. Lo dionisíaco desaparece, está sepultado bajo el orden de las cosas".

Todo esto es cierto. Pero aquí, el mayor defecto se convierte en virtud, ya que estamos hablando de Coixet "la romanticona", la de, ya saben, Mi vida sin mí, etc. Y es precisamente siendo infiel al texto literario como logra mantener sus constantes como cineasta -independiente de que empiecen a aburrir ya o no-, su visión. Por lo que indudablemente encantará a los seguidores de la directora, o a cualquier persona comprensiva, o al que no haya leído el texto en el que Elegy se basa.

¿La visión personal del cineasta debe anteponerse a la fidelidad al texto literario hasta el punto de eliminar el sentido primigenio de éste? He aquí el quid de la cuestión (mi opinión, la guardo por una vez).
.
.

Y con estos tres carteles, ya sabéis los otros films que he tenido la "suerte" de ver (bueno, aunque en el caso de Casi 300, la etiqueta "film" le viene grande: sólo llega a "burda patochada"). Casi 300 es denunciable, El último gran mago, una nadería en la estela de El ilusionista (muy alejada, por desgracia, de otras películas infinitamente superiores como El prestigio), y The Contract, el enésimo e innecesario film de ¿acción? con un Morgan Freeman y un John Cusack que conocieron tiempos mejores (¿dónde quedó la época de Un asesino algo especial?).

Finalmente, añadir que desde Cinecutre se ha hecho una crítica durísima a la surrealista The Karate Dog, película que vi hace tiempo y que, salvando las distancias con films de corte similar como Gnomo Cop, se deja ver. Me gustaban más en su época de Más de mil cámaras velan por tu seguridad... por cierto, dentro de este tipo de películas, le tengo muchas ganas a Un gato del FBI, con Christina Ricci en su etapa regordeta pre-Ally McBeal.
.



No comments:

Post a Comment