Thursday 15 February 2007

El libro negro (de Paul Verhoeven)




En primer lugar, dos cosas: por un lado debo advertir de que Paul Verhoeven siempre me ha agradado como director; Instinto Básico no será muy buena, pero tiene morbo y sexo, y Showgirls será mala, pero salen cantidad de pechos:-), Starship Troopers está infravaloradísima, Desafío Total me parece una película bastante interesante (de las mejores de Schwarzenegger tras Terminador y Depredador), Robocop es… bueno, Robocop es Robocop (sólo con el título ya se intuye sarcasmo), de El Hombre Sin Sombra mejor no hablo y nada más, pues sinceramente desconozco su etapa pre-Hollywood (de la que todo el mundo habla tan bien). Por otra parte acabo de salir del cine, y siempre que salgo del cine (casi) todas las películas me parecen buenas, o al menos con ciertos puntos de interés. Quizás dentro de unos días, cuando empieza a surgir mi conciencia crítica, me arrepienta de lo que hoy he escrito (me pasa ya con La Ciencia del Sueño, que, a pesar de seguir pareciéndome muy buena, tiene ciertos ‘peros’ que no comenté (porque todavía no los había apreciado) al hablar de ella en este blog), aunque también es verdad que dentro de unos días no me apetecerá hablar de esta película; porque mala no es, pero tampoco una obra maestra (eso sí, entretenida un rato).



Una vez hechas las debidas advertencias, pasaremos a comentar la película. Con El Libro Negro Paul Verhoeven ha vuelto a Europa, en cierto modo casi obligado por su decaída carrera norteamericana, hecho que no significa que esté acabado, ni mucho menos, tal y como ha demostrado con este film. Y no sólo ha vuelto a su país natal, sino también a sus obsesiones, creando una película a partir del material descartado de uno de sus primeros films europeos, Eric, oficial de la reina. El Libro Negro no tiene la crudeza seca de El Pianista, ni la mirada revolucionaria de Apocalipse Now o La Chaqueta Metálica, ni tampoco la tensión o el dramatismo de El Cazador… pero, ¿quién se lo ha pedido? Lo que El Libro Negro tiene es ritmo, un ritmo endiablado que a veces nos hace sentirnos en medio de una película de aventuras más que otra cosa (es el propio director quien ha catalogado a su película como thriller), algo que tras tanta Bandera de Nuestros Padres agradezco sinceramente. Esto, por otro lado, quita dramatismo a muchas escenas, pero ¿y qué? Para ver una nueva versión maniquea de la ya de por sí maniquea La Lista de Schlinder (por suerte, en Munich Spielberg demostró ser capaz de hacer cosas bastante mejores) yo me quedo en casa. En El Libro Negro Rachel Steinn es una judía asustada, sí, pero se mueve, lucha, y los nazis no son los únicos malos de la función; aquí el malo es la mala persona, sea del bando que sea. Y un teniente nazi rastrero y asesino puede ser un apasionado de la música, y el canto, y el piano, y otro puede ser buena persona, y en la resistencia antinazi puedes encontrarte con ratas peores que las de los despachos de las SS, y convertirte en concubina puede ser lo más honrado… porque así es la vida, ni blanca, ni negra; tan sólo gris, gris oscuro. Y tampoco se salvan todos los buenos, ni mueren todos los malos; el destino es simple causalidad.


Este ritmo y estos personajes tan creíbles me parecen los principales aciertos de la película, película que se sigue con interés de principio a fin y que, viendo lo que hay en cartelera, recomiendo. El otro gran acierto es, en general, los actores, y en particular Carice van Houten, la protagonista, guapa de rubia y de morena (menos), y muy buena actriz. Creo que oíremos hablar más de ella, o al menos que se hable de sus pechos por favor (jaja); la verdad es que la chica físicamente está muy bien. Ya que hablamos de cuerpos desnudos, un fallo: siendo director de Instinto Básico… falta carne, falta carne (aunque la secuencia del espejo no tiene precio). Y ya que también empiezo a poner pegas… ¿hacia falta decirnos desde el principio que la protagonista sobrevive? Yo pienso que no. Tampoco tienen mucho sentido (o al menos yo no entiendo) ciertas decisiones del malo malísimo del film… pero bueno, mejor no empiezo con mis ‘peros’ que si no esto se puede hacer eterno. Lo último que voy a decir, o más bien a dar, es un consejo, destinado al resto de cineastas europeos (españoles incluidos): si queréis que se os oiga por otros lares, haced grandes películas como esta (o El Laberinto del Fauno, si la consideramos española), o, como poco, como Enemigo a Las Puertas o El Perfume, e iros olvidando de Alatristes y Cachés, por favor.


Para terminar, mi mayor crítica, que no va dirigida a esta película (porque no se la merece), sino a una crítica de este film aparecida recientemente en El Heraldo de Aragón: le podéis poner dos círculos, lo admito (e incluso lo respeto), siempre y cuando luego no vayáis y le pongáis otro día dos círculos a Días de Cine, chovinistas hijos de puta. El título de esta crítica (Días extraños) me recuerda una gran verdad: " hay días en los que valdría más no salir de la cama", porque para leer esa basura mejor dormir... y soñar con algo mejor.

1 comment:

  1. ¿Cómo pude aceptar ver Días de cine, en vez de esta película? ¿Cómo se puede pensar en el cine español antes que en el europeo o norteamericano? Un trailer atractivo, como el de instinto básico "que recuerdos". Intentare verla en el cine, pero sino el emule es mi salvador.
    Yo acabo terminar de ver "En bandeja de plata"(1966)(Director Billy Wilder, Actores: Walter Matthau y Jack Lemmon) Una película bastante buena, con comentarios ingeniosos. Con un excepcional Matthau pragmático, inteligente y calculador, y un gran Lemmon neurótico, sentimental y honrado casi tonto. Recomendable para conocer lo que es una gran actuación.

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