ESCENA PRIMERA (y última): Domingo. Una de las salas de los cines Palafox me acoge en su penumbra. En la butaca de la izquierda, mi Clementine. Palomitas entre las manos. Silencio. Mitad de la película (Las hermanas Bolena -ni fu ni fu, entretenida... se merece una oportunidad sólo por las interpretaciones-): en ese momento, Scarlett Johansson discute acaloradamente con Natalie Portman, cara a cara, hermana contra hermana, con los corsés potenciando contra natura sus glándulas mamarias... Giro el cuello, miro a mi chica a los ojos y suelto a bocajarro:
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- "Joder, están buenísimas."
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Y ahora, imaginad el tiempo que me costó convencerle de que... ¡me refería a las palomitas!
Jaja lo juro, ¡lo juro! Pienso que son deliciosas (ahora sí me refiero a ellas) y mi Clementine lo sabe, tanto Natalie como Scarlett son dos de mis musas joellovesclementinianas preferidas, pero en aquel preciso momento juro que sólo estaba pensando, inocentemente, en las palomitas que comía.
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Hablando un poco más de la película, he descubierto -a pesar de la admiración enfermiza que pueda sentir por ella y lo que haya dicho antes sobre las actuaciones- las limitaciones de Scarlett Johansson como actriz cuando se enfrenta a una GRANDE como Natalie. Es cierto que el papel de ésta era más agradecido, y que para mala actuación la de Eric "el soso" Bana, pero es que joder, Scarlett, ¡que te he pillado el truco!
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A mi parecer, éste es el abanico gestual completo de la última musa de Allen:
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(recuérdese Diario de una niñera, El truco final, La Dalia Negra, Scoop, La isla, Match Point, A good woman, La joven de la perla, Lost in Traslation, Ghost World, El hombre que susurraba a los caballos, Solo en casa 3...)
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En la gran mayoría de las ocasiones (Las hermanas Bolena, La joven de la Perla...), le toca ejercer su extremo angelical, en otras (La Dalia Negra), el demoníaco. Y muy celebradas son las películas en las que se debe balancear de un extremo a otro (Match Point, El truco final). Pero cuando todo falla, cuando no sabe qué hacer, cuando se encuentra en un segundo plano o las cosas se complican, queda su gran baza:
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¡¡Los labios entreabiertos!!
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Os reto a decir una película en la que no utilice este truco. En ocasiones le hace parecer retrasada mental, otras veces produce sensaciones entre el público masculino y/o tortillero que por recato no aclararé aquí, pero siempre, siempre, aparece.
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Scarlett "labios entreabiertos" Johansson: aún así sigues siendo una musa, mi musa.
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Y no olvidemos su gran, gran, gran baza final:
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Para finalizar, las cosas claras: Natalie no hay más que una, fuiste la primera musa de este blog y nunca te quitaran el puesto (por muchísimos fantasmas de Goya que hagas). Preciosa, sexy e inteligente: Te queremos (Salmon Sebastian, rOBER y un servidor -¡y la retahíla de gente que nos dejamos!-).
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