Monday 12 February 2007

La Ciencia del Sueño (primeros tangos en París)


'La película de la semana de Tyler', es, sin duda, La Ciencia del Sueño. La Ciencia del Sueño, nuevo experimento del (joven, sí, pero ya de culto) director Michel Gondry (uno de mis principales objetos de admiración cinematográfica actual debido a su trabajo, su evolución y sus constantes propuesta visuales y narrativas arriesgadas y ‘clásicas’ al mismo tiempo y, sobretodo, creativas), entra dentro del género que más me gusta: el de los ‘inadaptados’, esos personajes que por alguna razón huyen de la realidad y todo lo que ella conlleva o al menos la ignoran (una constante temática presente en gran parte de mis películas favoritas, por ejemplo: Soñadores, Trainspotting, Amélie, El Bosque, El Club de la Lucha, Miedo y Asco en las Vegas, El Laberinto del Fauno, Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco, Taxi Driver… y ahora, La ciencia del sueño (analizar el por qué de esto probablemente nos llevaría a interesantes conclusiones acerca de mi Yo y mis anhelos, pero estamos en mi blog de cine, no en el de ralladas)). La Ciencia del Sueño narra las desventuras de Sthepane (alter ego de Gondry, pues al igual que el protagonista vivió en ese mismo apartamento, trabajo de maquetador de calendarios, etc.) en París, una vez que su padre muere de cáncer y decide volver a Francia junto a su madre. Allí encontrará, principalmente, un trabajo rutinario y horrible, un compañero de trabajo con un grado perversión sexual considerable (contrapunto cómico y a la vez asidero al mundo real del protagonista durante la película), y, por encima de todo, a Sthepanie, una chica a la que terminará amando, no correspondidamente (y que nos recuerda esos malos tragos que todo el mundo ha pasado, cuando se enamora de alguien puede que incluso inferior física e intelectualmente a ti y que encima no te corresponde). Y rodeando, salpicando, sumergiendo todo esto, la creatividad de Sthepane y sus sueños, que traspasan sus noches de sueño y alcanzan el mundo real, confundiéndolo, enriqueciéndolo. Quizás Michel Gondry no ha alcanzado en La Ciencia del Sueño las cotas a las que logró llegar con ¡Olvídate de mí! (y es que la sombra de Kauffman es alargada…), pero si nos alejamos de las odiosas comparaciones con esa joya del séptimo arte e indiscutible obra cumbre de las películas románticas que será considerada como una de las mejores películas de la década dentro de unos años, La Ciencia del Sueño se nos presenta como (sí, es verdad) una sencilla comedia romántica, pero también como un magnífico film rebosante de detalles, ensoñaciones y creatividad; una película repleta de nubes de algodón, celofán y caballitos de trapo, una obra menor, sí, pero todavía de culto, y sin duda, la mejor película de la semana y una de las mejores que nos dará este año.


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